La «argentinización» de Chile y Perú
«Queremos hacer lo que hacen los argentinos, de llevarse todo afuera de su país. Con mi esposa tenemos mucho miedo de lo que puede venir«. Así empezó la reunión por video-conferencia, luego de los saludos formales del caso con un residente en Perú, revela Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, quién reconoce que, lejos de ser un caso aislado, este tipo de consultas se ha multiplicado espontáneamente por parte de los prospectos clientes de la empresa, en Perú y Chile.
Las últimas elecciones Constituyentes en Chile, que dieron por resultado el triunfo de una amplia gama de partidos de izquierda con ideas anti-mercado y contrarias a lo que fue el Chile de los últimos 30 años, presenta un panorama sombrío para quienes, históricamente, dejaban sus ahorros e inversiones en su propio país. Por su parte, las recientes elecciones en Perú generaron gran incertidumbre política, que desencadenó un descalabro en el sistema financiero, con la consiguiente reacción de sus ciudadanos a retirar su dinero, ya sea en efectivo o girándolo a cuentas del exterior. Adicionalmente, numerosos empresarios están trasladando fuera del país la porción de sus compañías que opera con el exterior.
“Creen que la situación puede empeorar y no quieren quedarse atrapados cuando ya sea demasiado tarde. Inseguridad jurídica, asfixia tributaria, restricciones cambiarias y control sobre el libre flujo de fondos, son algunos de los principales temores que mencionan chilenos y peruanos, ante el nuevo escenario”, comenta el experto internacional.
Un siglo atrás, que un país se “argentinizara” era una excelente noticia y sinónimo de un pronóstico más que alentador. Hoy significa exactamente lo opuesto y ya se observan los primeros movimientos de los que saben leer el escenario a largo plazo. Son los que se adelantan a las estampidas. Aquellos que se dan cuenta tarde, deben conformarse con estar en la segunda o tercera ola de esos movimientos, que suelen darse cuando ya existen mayores restricciones o demasiadas personas buscando la misma salida. Es como querer salir de la ciudad el viernes a las 18 horas de un fin de semana largo. Los que lograron irse al mediodía evitan el gigantesco embotellamiento e inician la experiencia sin contratiempos.
“Vemos a pocas familias que ya han salido o están pensando mudarse a otros países. Por ahora nada en comparación con el éxodo que se está viendo en Argentina, donde los mayores destinos de las familias y jóvenes profesionales son España, los EEUU y Uruguay.
Sí, en cambio, en esta etapa es calcado al proceso que iniciaron los argentinos a partir del 2019: nos requieren la estructuración de vehículos legales en el exterior con dos propósitos específicos: proteger sus bienes y que estén a salvo de cualquier cambio futuro en la normativa fiscal. Hablamos específicamente de fideicomisos y trusts en el exterior, donde colocar el dinero y/o sus bienes –inmuebles y empresas- que tienen o llevan al exterior. De paso, medio como aprovechando el uso de estos vehículos legales, ya dejan establecido una estrategia sucesoria y hereditaria que en el futuro les evitará conflictos entre los miembros de la familia. Un tipo de reorganización del patrimonio que, entre los latinos, hasta ahora, no era tan usual”, concluye Sardáns.
Sin lugar a dudas, América Latina se encuentra atravesada por un fenómeno de cambios políticos y, en consecuencia, socioeconómicos, que provocan una profunda incertidumbre, sobre todo en aquellos que pretenden cuidar los frutos de muchos años de trabajo y deciden buscar la mejor manera de proteger su patrimonio.
En un primer momento y hace tiempo, ocurrió con Venezuela. Le siguió Argentina y México. Actualmente, la fuerte incertidumbre que se vive en Chile y Perú. ¿Le seguirá Colombia?
Noelia Di Dio.