Aceptación, adaptación, y reinvención en la ‘nueva normalidad’

Aceptación, adaptación, y reinvención en la ‘nueva normalidad’
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Laura Illanes – Directora de Proyectos en TGLI Leadership Consulting

En la actualidad, según estadísticas del INE, un porcentaje importante de mujeres se encuentra hoy sin trabajo producto de dos situaciones que han afectado a nuestro país, de índole diferente, sin embargo de gran impacto en nuestras vidas por diversos factores.

Hace 11 meses que la forma de relacionarnos con nuestros trabajos cambió. El estallido social, y todas las actividades que lo involucran, hizo que tuviéramos que buscar otro modo de realizar nuestros trabajos, dado que era complejo el poder trasladarnos y llegar a los lugares en que lo desempeñábamos. Esta situación aumentó radicalmente con la pandemia, la cual directamente y para protegernos de este virus, nos obligó a quedarnos en casa y no solo a nosotras, sino que a toda nuestra familia.

El escenario era complejo y lo sigue siendo, muchas mujeres perdieron sus trabajos, algunas porque las despidieron, otras tuvieron que renunciar por tener que cuidar a sus familias y otras tuvieron que cambiar radicalmente la forma en que hacían las cosas… cambiar sus hábitos.

Efectivamente la mujer ha perdido un avance importante en lo que al ámbito profesional se refiere, sin embargo, una vez más muchas han demostrado que, con la actitud adecuada, la determinación, la fuerza, el poder interior, la constancia y la disciplina todo es posible.

Llevo casi un año trabajando con distintas mujeres, de diferentes rubros, de variados ámbitos y ninguna se ha quedado de brazos cruzados frente a las diversas situaciones que han tenido que afrontar. Nos hemos adaptado a nuevas formas de hacer las cosas para sacar a nuestras familias adelante. Hemos aprendido a manejar la tecnología, a vender, sobre redes sociales, a editar videos, marketing, a cocinar, a escuchar, a contar hasta cien antes de responder, a veces hasta hacer mímica cuando estamos en reuniones y nuestros hijos se nos acercan, y otras a incorporarlos aceptando que son parte de esta nueva normalidad, a cantar, a inventar historias, a buscar nuevas y mejores formas de negociación (hubo momentos en los que me quedé sin recursos). Aprendimos a priorizar, a gestionar los eventos de nuestro día a día de acuerdo a su nivel de importancia. He visto mujeres liderando ollas comunes, haciéndose cargo de familias completas, movilizándose contra viento y marea para poder sacar adelante a los grupos que decidieron proteger. Otras que se han reinventado completamente, dejando de lado sus roles formales, pero sin dejar de trabajar.

Nos hemos dado cuenta que en estas circunstancias no hay solo una receta para abordar todo lo que sucede, que hay días increíbles en que todo fluye y días no tan buenos en los que nos gustaría mandar todo a la “super $%&#” y que está bien. Que hay situaciones en donde necesitamos, incluso más que antes escuchar a mi hermana, a una amiga (o varias) y que esas juntas que antes nos costaba tanto organizar hoy están a un clic de distancia (y que era posible) no es lo mismo, por supuesto. Pero por Dios que sirve.

Hemos aprendido a valorar los juegos de mesa, las conversaciones (las importantes y las no tanto) que nos han permitido sacar a nuestros hijos de las pantallas y disfrutar momentos que en circunstancias normales no hubiéramos tenido ni en sueños y hemos aprendido también a valorar las pantallas cuando tenemos que concentrarnos en algo.

Hemos integrado a nuestros hijos a espacios que antes eran solo nuestros, a veces por opción y otras por las circunstancias en lo que a actividad física se refiere, bailamos zumba con ellos, subimos y bajamos escaleras, hacemos circuitos en nuestras casas o departamentos y esos se suman, invitados o no, ya son parte de esto también.

Las circunstancias actuales nos han obligado a salir de nuestra zona de confort, adaptarnos, a descubrir y conectarnos con recursos que no necesariamente sabíamos que teníamos y desde ahí nos hemos vuelto más fuertes, más grandes y poderosas.

¿El rol de la mujer ha retrocedido en algunos espacios? Definitivamente si, y por supuesto que debemos luchar por recuperarlos. Sin embargo, e increíblemente, todo esto que he mencionado son espacios que la pandemia nos ha regalado y los que agradezco profundamente.

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