EL Dilema del prisionero aplicado a marcas de tarjeta

EL Dilema del prisionero aplicado a marcas de tarjeta
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El 26 de junio DF publica una carta del country manager de MasterCard para Chile y Paraguay. La carta da un argumento falaz: Plantea que como la comisión que se paga por cada compra al banco u otra entidad financiera emisora de una tarjeta MasterCard no representa un ingreso, ni un costo, para MasterCard, entonces esta marca estaría en una posición de imparcialidad para definir la mejor comisión a pagar a la institución emisora, por parte de la empresa que le brinda el servicio de pago al comercio.

En la carta no se explica que los ingresos de MasterCard provienen de 2 fuentes: Lo que la franquicia obliga a pagar a las instituciones financieras que emiten tarjetas y lo que la franquicia obliga a pagar a las empresas que brindan servicios de pago a los comercios.

El modelo de pago con tarjetas implica una oferta de las marcas a 2 tipos de empresas: Las que emiten tarjetas y las que brindan servicios de pago a los comercios. Son 2 lados del mismo mercado, conectados, pero diferentes. En el lado de los comercios, estos son obligados a aceptar la oferta, puesto que se ha demostrado que el pago con tarjeta es un servicio esencial para la mayoría de las empresas. Además, pensando en las personas que pagan, tampoco tienen algo que elegir, incluso si tienen una tarjeta Visa y otra MasterCard, el precio y el servicio que pueden recibir con una o la otra son idénticos. En cambio, en el lado de la institución emisora de tarjetas, se elige una marca Visa o MasterCard, altamente influenciada por la promesa de recibir una comisión cada vez que se realice un pago. Ese el momento de la verdad para las marcas de tarjetas. En ese momento, Visa y MasterCard compiten y determinan sus ingresos futuros. En esta competencia tienen incentivos para bajar el costo que cobrarán por la franquicia y para subir la comisión prometida cada vez que se haga un pago. Su probabilidad de ser elegidos sube al aumentar la comisión prometida y por lo tanto, su posición dista mucho de ser imparcial. Cada marca por separado tiene el incentivo de definir la comisión más alta para la institución emisora, esperando que la otra marca equilibre el mercado. Aquí hay un gusto enorme a dilema del prisionero explicado por Nash en su teoría de juegos.

Lo más extraño del asunto, es que las marcas como Visa y MasterCard no sean las que van delante con la bandera de la regulación de las comisiones a pagar a las emisoras. Las marcas de tarjeta son claras beneficiadas de un sistema regulado, porque si ellas se juntasen a acordar comisiones que equilibren el mercado, estarían cometiendo el delito de colusión. En cambio, se ven beneficiadas de un sistema regulado por una autoridad que está en condiciones reales de devolver el equilibrio a la fuerza, perdón, el equilibrio al mercado.

Nota técnica: La comisión prometida a los emisores se llama “tasa de intercambio”. Las empresas financieras que emiten tarjetas con una marca se llaman “emisores”. Las empresas que brindan servicios de pago a los comercios se llaman “adquirentes”. Lo que se cobra al comercio por pago se llama “merchant discount” y corresponde a la tasa de intercambio, más el costo de marca y un margen para el adquirente.

Roberto Opazo

Director Ejecutivo

khipu – Solución de pagos

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