Inglés y un buen café, la combinación perfecta para aprender un idioma
En Chile sólo el 2% de las personas domina otra lengua además del español. Falta de tiempo, dinero y lejanía son algunas de las razones porqué los chilenos postergan este aprendizaje. Hoy, las cafeterías se han convertido en la nueva escuela de idiomas, permitiendo conocer otras nacionalidades, y por supuesto, acompañado de un buen café.
En la actualidad, aprender inglés u otro idioma se ha convertido en una ventaja competitiva para el ecosistema laboral, considerando que sólo el 2% de los chilenos maneja una segunda lengua. La startup chilena, Poliglota, ofrece una nueva forma de aprendizaje, el cual mezcla la experiencia del viaje, sin salir del país, gracias a coach internacionales, y las tradicionales clases presenciales. Todo esto, en tu cafetería más cercana.
Para el socio y uno de los fundadores de Poliglota, Carlos Aravena, este método social no sólo es un curso de idiomas más, sino que busca ser un espacio para compartir con otras personas, aprender y llevar a cabo proyectos de vida, gracias a la colaboración. “En Poliglota te sientes como si estuvieras en un café en Londres aprendiendo con 4 o 5 amigos, junto con un coach experto que lleva la conversación. Este sistema se basa en un aprendizaje natural y fluido, luego de pasar por este sistema, resulta extraño aprender un idioma en una sala de clases tradicional”.
La idea de Poliglota, surge en el 2010 con la intención de sus fundadores – Carlos Aravena, Juan Manuel Sánchez y Nicolás Fuenzalida – de crear una red social de intercambio de idiomas gratuita. Tras varios encuentros con grupos de personas que deseaban aprender un idioma y el análisis de varios sistemas de aprendizaje. El 2012, crean la empresa formalmente como una plataforma abierta a todo público, permitiendo a las personas interesadas a asistir a un bar o cafetería a conversar en otro idioma. El cual, con el tiempo, se sustentó en un modelo de negocios cercano, flexible y con una metodología única basada en la interacción social.
“Cada alumno elige el café más cercano y el horario que quiere. Después de realizar un test de nivelación, ellos pueden aprender sin miedo a equivocarse con personas que tienen el mismo conocimiento del idioma. Actualmente, cerca del 85% de las personas que participa en nuestro programa estudia inglés y el resto se reparte entre italiano, alemán, francés y español”, agrega Aravena.
Poliglota ofrece clases flexibles y con planes acotados a 3, 6 y 12 meses. Para ser parte de este sistema, los alumnos se inscriben en www.poliglota.org y pagan según el plan que más les acomode, para luego participar en clases personalizadas, de 4 a 6 alumnos, en cafeterías dentro de la ciudad. Todos los cursos son guiados por un coach o profesor nativo, quien establece una metodología de conversación basada en actividades cotidianas, historias de vida y logros personales, el cual busca generar confianza y fluidez en el idioma.
“Desarrollamos un modelo de ‘Learning Groups’ (aprendizaje grupal), y lo ofrecimos en nuestra página web. La idea era contar con grupos reducidos, ocho sesiones al mes, el cual incluyera a personas de un mismo nivel y guiados por un profesor experto en el idioma. Todo esto, bajo el contexto de ambientes sociales y relajados como una cafetería. Actualmente, contamos en Santiago con convenios con más de 100 cafés. Y estamos en proceso de cerrar un acuerdo con la cadena de Starbucks”, explica Carlos Aravena, socio-fundador de Poliglota.
Una idea simple y efectiva que hoy cuenta con más de 8.000 alumnos activos en Chile. Desde el 2018, cuenta con sede en México y Perú, y ya planifica su expansión por Latinoamérica, convirtiéndose, así, en uno de los emprendimientos chilenos más exitosos del último tiempo.