La comunidad latina lidera el 78% de nuevos empleos en EE.UU.
La Visa E-2 (No Inmigrante) y la Visa EB-5 (Inmigrante) son los dos tipos de visas más elegidas para aplicar como inversionista latino en Norteamérica y los sectores más elegidos por los inversionistas latinos que emprenden en ese país son gastronomía, tecnología y servicios.
En los últimos años, un número creciente de latinos ha expresado interés en emigrar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades económicas y de vida. Para muchos, las visas de inversión se presentan como una vía atractiva para lograr este objetivo, ya que ofrecen la posibilidad de establecerse de manera permanente en el país a través de la inversión en negocios y proyectos locales.
Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), la comunidad latina ya es responsable del 78% de los nuevos puestos de trabajo netos en la fuerza laboral de Estados Unidos desde la Gran Recesión. Además, el futuro del mercado latino estadounidense es aún más prometedor. Se espera que la comunidad latina de EE. UU. aumente a más de 72 millones en 2030, y solo el año pasado, el gasto en el mercado de consumo fue de 400 mil millones.
Desde Canero Fadul Immigration, estudio de abogados que brinda asesoría en inmigración, explican que hay dos tipos de visas que son las más elegidas para aplicar como inversionista en Estados Unidos.
Por un lado, existe la Visa E-2 (No Inmigrante), que permite a un nacional de un país con un tratado comercial invertir una cantidad sustancial de capital en una empresa estadounidense y ser admitido en los Estados Unidos. Los empleados de esa persona o de una organización cualificada también pueden ser elegibles. No hay un monto mínimo de inversión establecido por ley, pero se espera que sea proporcional a las operaciones comerciales del negocio. Según un relevamiento del estudio legal, los clientes invierten comúnmente entre 100 mil y 200 mil USD.
Las visas no inmigrantes son para extranjeros que desean ingresar a los Estados Unidos de manera temporal, ya sea por turismo, tratamiento médico, negocios, trabajo temporal, estudio u otras razones similares. De Latinoamérica, países como Colombia, México y Argentina poseen tratados comerciales.
Por otro lado, se encuentra la Visa EB-5 (Inmigrante), que es un programa que requiere que los inversores inviertan dinero en un proyecto de inversión pasiva que genere empleo. El monto mínimo de inversión estándar es de USD 1.8 millones, pero en áreas de empleo específico (TEA), puede ser de USD 900 mil.
“Uno de los grandes beneficios de la visa EB-5 es que permite la obtención de la tarjeta de residencia permanente. En contrapartida, la E-2 ofrece la posibilidad de solicitar la tarjeta de residencia permanente una vez que el negocio esté operando y se tenga un buen desempeño”, aclara María Eduarda Reis, abogada y socia de Canero Fadul Immigration.
El Top 3 de los sectores más elegidos para los inversionistas latinos que emprenden en Norteamérica son gastronomía, tecnología y servicios. Los que optan por franquicias, las cuatro más solicitadas son: salud, belleza, gastronomía, mantenimiento y finanzas. Rubros de franquicias menos convencionales incluyen: paseo y cuidado de mascotas, cuidado de personas mayores, limpieza de cocinas industriales o recolección de muebles viejos.
Aunque solo existen estas dos visas de inversión, hay otras opciones disponibles, especialmente si se tiene formación académica con una licenciatura y experiencia laboral, o si se posee experiencia laboral.
Además, desde Canero Fadul hacen hincapié en la importancia de emigrar legalmente al país del norte, y no violar los términos de la visa, siempre asesorándose e investigando para encontrar la opción que mejor se adapte a las metas y objetivos de cada persona y estilo de inversionista.