La última (electro) milla
El concepto de la “última milla”, algo clave en el e-commerce y retail, se refiere al último tramo complejo y costoso de trasladar, desde las tiendas hacia los hogares, el producto solicitado por el cliente. Cornershop entendió a la perfección este paso final y esto explica en parte, que este emprendimiento chileno fuera adquirido recientemente por Walmart en US$ 250 millones.
En el sector eléctrico también es posible hablar de la “última milla” como el tramo final entre la subestación eléctrica y el hogar o la empresa. En términos simples, es el costo de pagar el uso de los postes, cables y otros equipos instalados en las calles para recibir como usuario una buena electricidad.
Producto de los cambios regulatorios de los últimos años han sido muchas las empresas e industrias que han migrado desde ser clientes regulados, es decir, obligados a comprar electricidad al distribuidor de su zona, a ser clientes libres. Estos últimos, tienen la libertad de negociar tarifas de electricidad directamente con las empresas generadoras.
Volviendo a la analogía del retail, los clientes libres compran electricidad a las generadoras, pero deben ir a buscarla a la “tienda” (subestación eléctrica) y considerar adicionalmente los costos de esa “última milla” hasta su empresa. En la actualidad, estos costos incluyen costos de transporte de electricidad, peajes de distribución, cargos por servicio público y, a modo de ejemplo, pueden alcanzar los US$25/MWh (precio neto, sin iva).
Sumado a lo anterior, el usuario final debe considerar que llevar la electricidad de la “tienda” a su empresa tiene también sus ineficiencias, las cuales pueden significar pérdidas cercanas al 7% en este mismo ejemplo. Hoy en día, si un cliente libre tiene un costo por energía de US$55/MWh debe agregar otros US$30/MWh para poder ir a buscar la electricidad a la “tienda” (subestación eléctrica) y llevarla a su empresa.
En la actualidad, la generación distribuida para industrias y empresas es una alternativa transparente y cierta, ya que el costo de la energía que entregan es efectivamente el costo total que el consumidor pagará, sin extras ni adicionales, lista para ser utilizada. Es, además, una alternativa eficiente, ya que puede entregar un precio conveniente y generar ahorros adicionales a los consumidores finales.
En la práctica, el beneficio de la generación distribuida está precisamente en que no necesita de esta “última milla” para entregar su electricidad al consumidor, logrando un precio más bajo que aquel que tiene un cliente libre actualmente.