Las tomas de decisiones en PyME y Empresas familiares
La consultora líder en la toma de decisiones de la región, TANDEM, nos entrega una serie de consejos para mejorar un ámbito central para el crecimiento de las empresas.
La centralización en la decisión, explican en TANDEM, puede frenar el crecimiento, dado que una sola persona no da abasto para tomar la totalidad de las decisiones es fundamental para. Si pudiera delegar un crecimiento mucho más sólido y sostenido.
“Una empresa no es PyME sino que está PyME, ya que su tamaño es sólo una característica en la vida de la empresa que puede ser superado”. Así parte explicando Juan Pauna, director de la consultora TANDEM en Chile, su visión sobre estas empresas y la importancia que tienen en su futuro la correcta toma de decisiones.
Las PyMEs se diferencian de otras empresas no por la cantidad de empleados o por el volumen de facturación sino por la manera en que deciden. En la mayoría de estas firmas, su forma de operar está fuertemente centralizada en la cabeza de la organización (su dueño o fundador) y los criterios para adoptar un determinado curso de acción se confunden con los valores de la familia. El comportamiento de estas firmas las define así como PyMEs, independientemente de su tamaño.
“La centralización en la decisión puede frenar el crecimiento ya que una sola persona no da abasto para tomar la totalidad de las resoluciones. Si pudiera delegar algunas de sus funciones a otros integrantes de la organización tendría un crecimiento mucho más sólido y sostenido”, señala Pauna.
En este camino de crecimiento, la descentralización de las decisiones en las PyMEs permite ganar velocidad en el crecimiento. Las empresas dejan de estar PyMEs cuando cuentan con estructuras en donde todos los integrantes son partícipes que pueden agregar valor asumiendo distintas responsabilidades y roles.
En TANDEM señalan que las organizaciones PyME llevan adelante su negocio con un nivel de riesgo tal que busca maximizar sus utilidades, per a la vez que les permita sentirse tranquilos. Todas las empresas quieren ganar plata, pero cada una de ellas está dispuesta a asumir diferentes riesgos dependiendo principalmente del estilo de determinaciones de los conductores.
“El riesgo y el retorno son las dos caras de la misma moneda dado que si no existiera el primero tampoco habría posibilidades de lograr rentabilidad. Poder conocer estos riesgos permite que los decisores puedan asumir riesgos calculados con un mayor nivel de confianza”, apunta el director de la consultora.
Acciones
Estas empresas, en su inmensa mayoría, se basan en la experiencia y en los conocimientos del fundador guía, para la mayoría de las decisiones tomadas en una PyME, pero cuando llega el momento del traspaso generacional es difícil transferir la intuición de una persona a otra.
Uno de los aspectos de mayor importancia es tener establecidos procesos y metodologías para asegurarse que las personas que conduzcan la organización sean capaces de tomar decisiones sin haber vivido la vida del fundador. Estos nuevos profesionales que se incorporan a las estructuras PyMEs consideran a la intuición como un valor positivo, pero advierten que hay opciones a tomar que requieren de un análisis mayor, que impone la necesidad de buscar información y requerir asesoramiento externo.
Las empresas definidas como PyMEs se caracterizan por la alta propensión a la acción requiriendo que las decisiones se tomen mucho más rápido basándose en la intuición, sin dedicar demasiados esfuerzos al análisis y la evaluación de los riesgos.
Pero la falta de una metodología adecuada para estas situaciones hace que las determinaciones más importantes o la que implican mayores cambios, frecuentemente, se pospongan para más adelante. Si bien la NO-decisión permite no quedar expuesto a las consecuencias en caso de que la elección no resulte la más adecuada, también se asegura de no generar la acción buscada. Siempre se debe recordar que No decidir, también es una forma de decidir.