¿Sabes donde puedes recortar gastos cuando tu negocio empieza a crecer?
Hay una serie de áreas (o partidas de gastos) a las que nadie presta atención, bien porque no se tiene tiempo o experiencia o no se analizan de forma conjunta, y que pueden tener un impacto muy importante en la cuenta de resultados.
Estos gastos (telecomunicaciones, limpieza, energía, material de oficina, viajes, flota de vehículos, mensajería, etc.), dependiendo de la estructura y tamaño de la empresa, pueden suponer hasta un 25% de su cuenta de resultados. Lo primero que se suele mirar son determinados costes fijos (alquiler de inmuebles, gastos de personal…), pero hay otras partidas de gastos que están muy atomizadas y que son heterogéneas entre sí. Parece que no son estratégicas y que la cuenta de resultados lo soporta todo, pero cuando empiezas a sumarlas todas te das cuenta que el impacto que tienen sobre tu empresa es muy significativo y supera un determinado margen es posible que tengas que tomar medidas muy drásticas para cubrir esos gastos como prescindir de un número importante de personas.
LAS ÁREAS CON MAYOR DERROCHE
Hay categorías de gastos que, por su naturaleza, son más difíciles de controlar. Una son los gastos de viaje. Unas empresas costean dietas diarias, otras pagan los gastos de hotel. Otras… Esto implica un control exhaustivo y obliga a cambiar los criterios por los que el viajero utiliza ese servicio. La logística es otra: Hay empresas que, por el producto que envían, debe entregarse en 24 horas. La rapidez y la seguridad prima sobre otros aspectos. En otros casos, son productos de alto valor o frágiles (con seguros). Cada producto tiene proveedores especiales. Existe la necesidad de establecer criterios de urgencia, de valor, de uso, etc. Los seguros es una cuenta que, por defecto, está siempre mal gestionada “porque hace años se firmó una póliza y no nos hemos preocupado de si está sobrevalorada.
TERAPIA DE CHOQUE
Si decides hacerlo por tus propios medios, renegocia con tus proveedores la rebaja de precios y alarga los plazos de pago.
1. Analiza si estás utilizando los productos y servicios que necesitas o aquellos que tus proveedores te ofrecen. Es obvio que un proveedor te venderá su producto y no te sugerirá que compres el de la competencia que te podría aportar más valor.
2. Analiza si los procedimientos de compra y gasto son los correctos. Si estás siguiendo unos procesos racionales que te lleven a conseguir el mejor producto al mejor precio. Si le pides a un proveedor un recorte del precio, conseguirás o no una rebaja, pero te encontrarás con la limitación de su margen operativo.
3. Elabora un manual sobre cómo comprar para evitar la anarquía, sobre todo, cuando se diluyen las responsabilidades. También hay que tener en cuenta que algo que funciona ahora, puede que dentro de seis meses ya no. A menos que la empresa, además de implementar procedimientos de ahorro, los mantenga actualizados. Si no, estará como al principio.
Fuente: www.emprendedores.es