Transformación digital vs Transformación personal
Gabriel Lama, Gerente General TGLI Leadership Consulting y Coach de Alto Rendimiento Ejecutivo
El cambio asociado a la aplicación de tecnologías digitales en los más variados aspectos de la vida humana es ya hace rato, más que una tendencia, una realidad. Esta transformación digital viene a facilitar procesos y a aumentar el rendimiento de las organizaciones, y desde esa perspectiva lo podemos considerar altamente positivo. Por ejemplo, cuando se crean sistemas que monitorean en tiempo real las variaciones de las cadenas de frío de la industria de Food Service, evitando mermas y clausura de locales, como es el caso del software creado por la startup chilena UNK Latam.
Sin embargo, para acompañar este cambio que ya no se detendrá, debemos también nosotros estar preparados para transformarnos, y no solo una vez, sino que las veces que sean necesarias. Ya lo dijo recientemente el historiador y filósofo Yuval Noah Harari, la revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante, y el desarrollo de dos habilidades fundamentales del ser humano serán las que permitirán adaptarse y no sucumbir. Estas son estabilidad mental e inteligencia emocional.
Es curioso el dominio o manejo que podemos tener desde el punto de vista técnico del conocimiento del negocio, y a su vez estamos tan poco preparados en estas dos habilidades sobre las cuales dependerá nuestra sobrevivencia futura. Es por lo que entrenarlas, al igual que muchas otras habilidades, nos permitirá mejorar y llegar a dominarlas mientras más horas destinemos a ello. Pasaremos de algo en lo que somos incompetentes conscientes, a competentes inconscientes.
¿Cómo las entrenamos? Para la estabilidad mental, mi recomendación como coach ejecutivo, es aprender a conectarse con el ahora, en la llamada presencia plena, en comenzar a ser más observador y menos evaluador, ampliando nuestra mirada con el interés de descubrir nuevas posibilidades donde la diferencia fundamental radica en saber describir más que juzgar. También en evitar la hiperconexión, que termina por generar interferencia, disminuyendo nuestro rendimiento y energía mental.
Sobre la inteligencia emocional y siguiendo el modelo de Daniel Goleman, partiría por la autoconciencia y el autoconocimiento, aprendiendo a reconocer nuestras propias emociones en diferentes situaciones y por otro lado a identificar nuestras principales fortalezas y debilidades, para así definir los aprendizajes que deberé incorporar.
Entre las emociones fundamentales las que más nos puede frenar en este proceso de cambio es el miedo, este se genera porque nos sentimos amenazados y juzgamos poder perder algo. La invitación que les hago frente a ello es a descubrir y enfocarse en lo que podemos ganar, ya que una de las mayores satisfacciones del ser humano se genera cuando se superan grandes desafíos. ¿Y cómo los superamos? Con una constante preparación. Finalmente es un círculo virtuoso o un espiral de evolución humana al cual nos podemos subir y para ello será necesario que soltemos la creencia limitante del “yo soy” y que tu nuevo mantra sea “yo he sido… ¡y puedo cambiar!
Ariel Álvarez S.