Científicos ponen a Chile a la vanguardia en agricultura
Las innovaciones biotecnológicas han permitido abordar los desafíos climáticos y ayudar a encontrar soluciones para la seguridad alimentaria.
El cambio climático tiene al planeta en una situación crítica, las sequías graves afectarán alrededor de un 30% de la superficie global con trigo para 2030, y un 60% para fines de siglo. En esta línea, las sequías cada vez más severas y frecuentes han llevado a Chile a buscar soluciones innovadoras en la agricultura, especialmente en la producción de trigo, un cultivo esencial para la seguridad alimentaria nacional. La reducción de los rendimientos y el aumento de los precios debido a la sequía han puesto de relieve la urgencia de desarrollar variedades de trigo más resistentes, un objetivo que Chile está abordando con determinación y visión de futuro.
Científicos de la empresa chilena Neocrop Technologies – con su laboratorio en Valdivia-, se han posicionado como líderes en la investigación y desarrollo de trigo genéticamente editado para resistir la sequía a través de la implementación de una plataforma biotecnológica avanzada que combina la edición genética con el sistema CRISPR, un software propio para la identificación de genes candidatos, y métodos de cultivo acelerado, logrando cosechar en 2 meses (menos de la mitad de lo que ocurre en el campo), marcando un hito en la innovación agrícola del país. Todo esto apoyado por un fondo público de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA)».
«El proyecto de trigo tolerante a la sequía que estamos trabajando en Neocrop representa un avance significativo en la biotecnología agrícola. Al editar genéticamente el trigo para mejorar su resistencia a condiciones de sequía, Chile no solo está abordando sus desafíos climáticos, sino también posicionándose como un líder en la ciencia agrícola en América Latina. Los primeros ensayos de campo estarían programados para 2026, y se espera que este proyecto tenga un impacto profundo en la sostenibilidad y seguridad alimentaria del país», aseguró Daniel Norero, COO y Cofundador de NeoCrop Technologies.
Actualmente el trigo es el tercer alimento más sembrado en el mundo, entregando el 20% de calorías y proteínas consumidas en el planeta; y en el caso de Chile, es el principal cultivo cosechado y base de gran parte de la alimentación nacional. Así y tal como comentó Norero, «En 2021 iniciamos el primer proyecto de trigo editado por Neocrop, que consiste en líneas editadas (derivadas de líneas comerciales de trigo chilenas y argentinas) para aumentar la cantidad de fibra, un compuesto saludable y que la industria busca en sus productos. En simple, permitiría generar una harina para pan blanco (con su sabor aceptado por los consumidores), pero con mayor cantidad de fibra, incluso que el pan integral o negro. Estas líneas avanzarían a ensayos de campo en la próxima temporada de 2024».
«La aplicación de técnicas de edición genética como CRISPR en trigo, liderada por equipos chilenos, es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la innovación pueden contribuir significativamente a solucionar problemas locales de urgencia. Estos esfuerzos no solo refuerzan la posición de Chile como líder en innovación agrícola en América Latina, sino que también demuestran el potencial de la biotecnología para crear cultivos más resilientes y sostenibles. Desde ChileBio, entidad que reune a las empresas que desarrollan biotecnología para agricultura, reafirmamos nuestro compromiso de apoyar y promover estas iniciativas que son fundamentales para el futuro del agro y la alimentación en nuestro país y el mundo», aseguró Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de la asociación.
Este trigo editado tolerante a la sequía pasaría su primera fase de I+D en laboratorio durante 2024 y 2025, con cosechas en speed-breeding, y lo más probable es que pase a ensayos de campo oficiales hacia 2026 en Chile y Argentina. «Como empresa estamos alineados en los rasgos agronómicos clave para los desafíos actuales, que son una mejor nutrición, una mayor resiliencia frente a los desafíos climáticos, y la resistencia a las enfermedades (reduciendo o evitando el uso de insumos). Los académicos, la industria y los técnicos del Ministerio de Agricultura saben que la frontera agrícola chilena se va corriendo cada año hacia el sur, debido al aumento de las temperaturas, el déficit hídrico y la erosión de los suelos. Por esto, creemos que desde Neocrop podemos aportar a entregar cultivos importantes mejor adaptados al clima cambiante, que permitan fortalecer la seguridad alimentaria del país, de manera sostenible, y evitando la escasez de alimentos y el alza de sus precios», concluye Norero.