Corredores de activos digitales que tienen ganancias o pérdidas volátiles pueden experimentar volatilidad de impuestos
– Informe “Criptoactivos – contabilidad e impuestos” indica que las criptomonedas solo pueden ser consideradas en los Estados Financieros de una compañía si se venden como parte de un proceso normal de negocios.
– Es probable que las autoridades fiscales traten la venta de una criptomoneda / activo por otro como un evento sujeto a impuestos.
El auge y rápido crecimiento que han tenido los activos digitales o criptoactivos en los mercados ha hecho que las empresas también constaten el impacto que el uso de estos instrumentos puede tener en sus operaciones y en sus estados financieros, así como también el efecto en materia de impuestos.
Así lo señala el reporte de KPMG llamado “Criptoactivos – Contabilidad e Impuestos”, en el que se explica que bajo los estándares de las normas IFRS, el Comité de Interpretaciones de las NIIF (CINIIF) hizo una serie de observaciones respecto al efecto de activos como las criptomonedas, otros criptoactivos como fichas (tokens) o monedas digitales en los Estados Financieros de las compañías.
En el caso de las criptomonedas, el reporte sostiene que de acuerdo al Comité de Interpretaciones, estos instrumentos son activos intangibles, según lo establece la Norma Internacional de Contabilidad (NIC 38), “es decir, elementos no monetarios sin sustancia física que transmitan beneficios económicos al titular”
Estos instrumentos solo pueden ser considerados dentro de los Estados Financieros si la criptomoneda se puede vender como parte de un negocio normal, como en el caso de un corredor de bolsa, lo cual le quitaría su condición de activo intangible y se puede contabilizar como inventario.
Para Fernando Laurito, Managing Director de Advisory de KPMG, “aún los activos digitales no son vistos con mucha confianza por parte de los reguladores, es así que para el Comité de Interpretaciones de las Normas IFRS, estos instrumentos no tienen un valor tangible aún, ya que no son suficientemente aceptados como medio de intercambio”.
Agrega que “hoy existe desconfianza de los consumidores también al no conocerse los protocolos de seguridad y no existir regulaciones que los resguarde”.
No obstante, Laurito recalca en que “si se establece como venta dentro de un proceso normal de negocios, estos criptoactivos pueden tener un efecto positivo dentro de los Estados Financieros de una empresa”.
Efectos en un corredor de bolsa
El informe detalla que un corredor de bolsa normalmente compra y vende criptomonedas para hacer un margen de negociación, mientras que también puede tener otros activos digitales en venta en el curso normal de negocios.
En ese sentido, los activos digitales que se venden normalmente también pueden ser contabilizados. El estudio sostiene que un corredor de bolsa también puede enfrentar desafíos para identificar cuándo obtiene el control de un activo digital, “particularmente cuando realiza transacciones en nombre de su cliente utilizando su clave privada”
En ese sentido, recalca que para determinar el valor razonable de un activo digital “la falta de un mercado activo también puede resultar desafiante”.
Impuestos
La relevancia que han cobrado los activos digitales también ha despertado la atención de las autoridades tributarias que se han comenzado a involucrar con los efectos de estos activos desde el punto de vista impositivo.
Para KPMG, “se espera que la clasificación fiscal siga en gran medida el tratamiento contable”, mientras que para los corredores de activos digitales que pueden estar expuestos a la volatilidad de sus ganancias o pérdidas debido a los movimientos del valor razonable, “también puede ocurrir una volatilidad fiscal”
Agrega que “es probable que las autoridades fiscales traten la venta de una criptomoneda / activo por otro como un evento sujeto a impuestos. Ser importante mantener registros de transacciones durante todo el año.