Innovación abierta: Sinergia entre grandes empresas y startups
Por Ángel Morales, Director Ejecutivo de UDD Ventures
Imaginemos el siguiente escenario: producto de la pandemia, una gran empresa dedicada al retail ha tenido un fuerte aumento en la demanda de sus productos, debiendo enfocar su equipo humano y tecnológico a satisfacer las necesidades de sus clientes en los canales de venta presencial y online. A los ejecutivos de esta empresa les gustaría mucho poder innovar en la variedad de sus servicios, y han detectado algunos aspectos estratégicos de mejora, pero literalmente “se los come la máquina”, y no tienen ni el tiempo, ni los recursos para poder concretarlos.
Paralelamente, un grupo de jóvenes logró dar forma a su emprendimiento en los últimos meses. El producto ya tiene sus primeros clientes, un buen feedback y un modelo de negocios que funciona, pero necesitan fondos y una vitrina donde poder mostrar su propuesta a un público masivo, logrando así la escalabilidad que necesitan.
Sin saberlo aún, la empresa y el emprendimiento se necesitan mutuamente, y ambos pueden salir enormemente beneficiados si trabajaran en equipo. La buena noticia es que existen instancias para que ambos converjan a través de la innovación abierta, donde las grandes compañías pueden externalizar sus necesidades y desafíos de innovación y combinar eficazmente el funcionamiento interno de la organización con el talento, el dinamismo, la flexibilidad y la mirada fresca que poseen los emprendedores y startups.
Si el experimento tiene éxito, la alianza entre empresa y emprendimiento puede extenderse y dar paso a nuevas opciones de trabajo conjunto y crecimiento. Es más, las empresas pueden entregar beneficios extra como difusión de la startup en sus redes sociales, asesoría en marketing y ventas, incluso capital financiero, etc.
Existen actualmente en el país varias iniciativas de este tipo, donde el sector privado realiza convocatorias abiertas para que los emprendedores tengan la oportunidad de implementar sus soluciones en un mercado mucho más amplio del que podrían acceder por sí mismos, además de conectarse con fondos y redes que les permitan crecer. Las empresas también se benefician, ya que al estar resolviendo los problemas del día a día insertos en su propia estructura, muchas veces son incapaces de ver las soluciones desde otro ángulo o pierden contacto con el cliente final. El círculo se completa con la labor que realizan las aceleradoras de negocios, quienes actúan como intermediarios entre ambos actores apoyando con metodología, redes, contactos y talleres, metodología, redes y dealflow de startups.
Ahora bien, el encontrar una startup que haga fit con una corporación es solo una parte de la historia (tal vez la parte fácil). El gran desafío viene posteriormente, cuando se debe realizar el proceso de integración (onboarding) del emprendimiento en el negocio base de la corporación. La aceleradora (o consultora si fuese el caso) debe contar en su equipo con consultores que tengan experiencia en integración tecnológica, de lo contrario como dice Tendayi Viki, solo se hará «teatro de la innovación». Para ejecutar un buen proceso de integración es clave diseñar buenos experimentos (modo sprint), tener un comité evaluador conformado por tomadores de decisiones, establecer un set de métricas para medir el éxito del piloto, realizar un due diligence tecnológico (una cosa es que un emprendedor te diga que tiene una solución basada en AI y Blockchain, y otra cosa es que realmente la tenga), y reuniones de validación con las diversas áreas del negocio (procurement & compliance).
Una vez ejecutado con éxito el piloto por parte de los emprendedores se deberá evaluar el modelo contractual que mediará la relación entre las partes para el escalamiento de la solución (roll&out).
Para lograr mayores índices de innovación en el país es muy importante fomentar la unión de grandes empresas con startups (incluso pymes con interés de escalar con nuevas soluciones) que de otra manera no tendrían posibilidades de relacionarse, ni interactuar con empresas de mayor envergadura. La colaboración entre pequeños, medianos, y grandes organismos puede ayudar a que Chile sea un país más moderno e innovador, con grandes beneficios para toda la sociedad.