Lo lograron y no están solos
Por Pilar Velasco, Gerente General de la asociación gremial de Empresas de Servicios Financieros (EFA)
Desde fines de 2019, las micro, pequeñas y medianas empresas han enfrentado desafíos proporcionalmente adversos a su tamaño. La crisis social que estalló en octubre tuvo un efecto devastador por la contracción del mercado que ésta supuso y por la delincuencia desatada que afectó principalmente al comercio y a las empresas de menor tamaño; luego, los graves efectos de la pandemia. Pese a que los pronósticos eran desoladores (diversos especialistas proyectaban el cierre de 200 mil pymes en 2020), Chile hoy cuenta con 900 mil pymes, que generan el 65,3% del empleo formal (4.857.949 trabajadores de los 7.432.926 empleos formales en el país), de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Empleo (ENE) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y si bien el desempeño del empresariado pyme ha sido titánico, hoy enfrenta un día a día bastante más solo que en años anteriores.
¿Qué ha pasado? La pyme se redujo a su mínima expresión para poder seguir adelante.
La pandemia trajo de la mano las cuarentenas y, con ello, no sólo la interrupción de las cadenas productivas, sino que también la escasez de mano de obra, el aumento de los costos de materias primas y un abastecimiento intermitente. Cayeron las ventas (entre 2019 y 2020 el 62% de las empresas registró pérdida de sus ventas, siendo la microempresa el segmento más golpeado con una baja de 63,1%, según un análisis de la Unidad de Estudio del Ministerio de Economía a julio) y todo subió; vinieron los recortes de empleos y de cualquier “partida” que pudiera clasificarse de extra.
Como asociación gremial de Empresas de Servicios Financieros (EFA), hemos constatado en terreno el apoyo en educación financiera que requieren las pymes. Abundan las capacitaciones en tecnología, pero es muy frecuente que se olvide que ésta es solo un medio para agilizar procesos y que muchas veces a la pyme lo que le falta es comprender cuál es el proceso que quiere agilizar. Es así como se les incentiva a generar ventas on line, sin que aún tengan claro cuáles son sus costos de producción, la logística que deberían implementar, cómo le impactará la logística inversa (cuando le devuelven un producto o servicio) e incluso cómo trabajar el servicio en el canal on line.
Y es que detrás de la pyme está el dueño. Bastante solo. Un dueño que necesita saber cómo tributar; cómo estructurar su financiamiento; qué herramientas hay para ello; cómo mirar y llevar una contabilidad y leer un Estado de Resultados; o cómo le impactan los cambios legislativos, entre tantos otros trámites del día a día. Y en esto, la tecnología no suple lo que es el contacto entre personas, la capacitación y acompañamiento diario o el contar con alguien al otro lado del teléfono cuando se requiera.
Un 85% de las pymes se financia con recursos propios: sí, el 85%. Brutalmente solos, ¿verdad? Un 8,5% lo hace con fondos públicos; y un 6,5% con créditos bancarios. Las empresas de servicios financieros no bancarios no están contabilizadas en el sistema, pero sólo EFA atiende a un universo de 46.000 pymes, entre clientes y pagadores. Con productos de corto, mediano y largo plazos. Con acompañamiento de verdad, más allá de un click.
Terminando este 2021 -y tras dos años y medio tremendamente duros- EFA solo tiene palabras de agradecimiento para todas aquellas personas que se atreven a emprender y que luchan por perdurar. A ellas renovamos nuestro absoluto compromiso de acompañamiento y financiamiento inclusivo. No están solas.