WeWork la nueva tendencia que llega a competir con los CoWorking
La Compañía opera en 20 países y tiene más de 200 mil miembros. El primer edificio de la cadena estadounidense abrirá en este mes de septiembre en las cercanías del metro Manquehue en Las Condes. A fin de año esperan contar con dos espacios en la ciudad.
«¿A caso somos una compañía de coworking nada más? ¿Alquilamos edificios y damos espacios de cowork? No. La razón por la que la compañía tiene la valuación que tiene -cerca de US$ 23 mil millones- y por qué está creciendo como lo hace es porque estamos haciendo algo que no está haciendo nadie más: estamos humanizando la tecnología, acercando a la gente», dice de entrada Patricio Fuks, CEO para América Latina de WeWork, la cadena de espacios de trabajo compartido que la semana pasada anunció oficialmente su arribo a Chile.
Fundada en 2010 por los emprendedores Adam Neumann y Miguel Mckelvey, la compañía cuenta con más de 208 edificios en más de 65 ciudades de 20 países, entre los que se cuentan Australia, Canadá, China, Estados Unidos y Reino Unido. A Latinoamérica arribaron en 2016, con un edificio en México y tras una rápida expansión ya cuentan con 16 establecimientos, sumando Brasil, Argentina y Colombia a su oferta. Pero hay más, porque en marzo abrirán Perú y en septiembre será el turno de Chile, con el primero de los dos espacios que, en el corto plazo, pretenden instalar en el país.
Ubicado en el proyecto Nueva Manquehue, frente a la estación de metro del mismo nombre en Las Condes, el primer WeWork de Santiago contará con capacidad para 2.100 miembros, quienes tendrán acceso a servicios que van desde salas de reuniones, hasta internet de alta velocidad, café micro tostado y sala de videojuegos, por un costo mensual que parte en los $165 mil.
Patricio Fuks explica que la compañía funciona con un modelo de membresías -similar al de los gimnasios- que tienen diferentes categorías, dependiendo de las necesidades del usuario. Así, por ejemplo, hay quienes optan por contar simplemente con un espacio libre para llegar con su computador, mientras que otros eligen oficinas para 10 o 20 personas. «Cada edificio que nosotros tomamos -como paso en México o en Sao Paulo, donde hay mucha vacancia-, hemos logrado activarlo y lo llenamos antes de abrir, y eso se explica por el boca a boca de la gente que va contando que quiere estar ahí… no hay otra compañía que tenga una comunidad como la nuestra», asegura.
Esa «comunidad» de la que habla Fuks se puede palpar, por ejemplo, en que la compañía cuenta con una plataforma global para sus miembros, la cual les permite desde compartir experiencias hasta generar nuevas oportunidades de negocios. «Tenemos actividades todos los días, tenemos eventos, hacemos que se conozcan los miembros, que se hagan amigos y ahí surgen las relaciones. Después se dan cuenta de que no solamente hacen relaciones en nuestro edificio sino que pueden ir a cualquier edificio de la ciudad en la que están y seguir interactuando. No vamos a una ciudad para abrir un edificio, abrimos muchos más», asegura.
Para la compañía es vital que sus miembros cuenten con el mismo servicio en cualquier parte del mundo. Es por eso, por ejemplo, por lo que el mobiliario es el mismo en todas sus sedes y, más importante aún, los usuarios pueden tener acceso a cualquiera de las oficinas con las que cuentan. «De acuerdo a la membresía que tengas, tienes cierta cantidad de crédito. Así, por ejemplo, si alquilas una oficina para dos, cinco o más personas, tienes más créditos, y esos créditos los puedes usar, por ejemplo, cuando viajas a cualquier WeWork del mundo. Si estás en Santiago, y vas a Nueva York, entras en tu aplicación y ves en cuál de todos los Wework quieres hacer tu reunión, buscas una sala, las reservas y pagas con créditos. No tienes que hablar con nadie, la tarjeta que abre tu oficina en Santiago es la misma con la que abres en Nueva York», explica el ejecutivo, agregando que si alguien necesita créditos también los puede comprar.